miércoles, 27 de mayo de 2020

Testimonios. Andrés Villate Tellaeche

Andrés Villate en la Iglesia de Quintanadiez de la Vega el pueblo de Víctor


Carta a Víctor. 26 de noviembre de 2014.

Estimado Hno. Víctor:
Creo que fue hace tres años, cuando por primera vez supe de ti, y fue a través de un carta de presentación muy cariñosa que nos envió tu hermano, el P. José Francisco al Carmelo Seglar de Valladolid. Carta que al venir a mi dirección, fui el que se la presentó a los demás hermanos del Carmelo, era un miércoles, día elegido para la reunión semanal en honor de San José.

Y quiero compartir contigo, Víctor, la impresión que me causó el hablar por primera vez de ti, en el día además, en que la lectura correspondiente era ni más ni menos, que la de la Fundación de las Carmelitas Descalzas de Santa Teresa en Medina del Campo. Desde ese momento sabía que estabas especialmente entre nosotros.

Perdona Víctor que no hayamos sabido aprovecharnos de tu compañía. Y aprovecho para pedirte un favor: que extiendas el mismo sentimiento a Isabel Kindermann, la carmelita seglar que nació en Hungría unos años antes que tú, y que extendió por el mundo la Llama de Amor, consolada no pocas veces con el saludo de “mi pequeña hijita carmelita”, con el que comenzaban a hablarle Nuestro Señor y la Santísima Virgen.

Andrés Villate en Bustillo de la Vega (Palencia)

Gracias Víctor por haber ido vendiendo todo para comprar el terreno donde sabías que estaba el tesoro escondido. Gracias Víctor por mostrarnos el camino del desprendimiento tan cogidito de la mano de otro que vivió unos siglos antes en tu Medina del Campo. Gracias San Juan de la Cruz por las lecciones que nos dejaste. Y otra vez necesito pedir perdón por repetir tantos cursos de tus celestiales clases.

Y una cosa Víctor, la que más me sorprendió de las muchas que podría decirte: Hace unos días saludé al P. Juan Luis, tu otro hermano sacerdote y también del Carmelo, que ahora está con nosotros en Valladolid. Y es que al hablarme de ti, me llenó de asombro al decirme que no conocía ni él ni vuestro hermano el P José Francisco, esa vida tan escondida de oración y sacrificio que llevaste –prendas sublimes del Carmelo-, hasta que salió a la luz a través de su esposa e hijas, cuando ya estabas en el cielo.

¡Qué prueba más preciosa y elocuente de que habías encontrado el Tesoro!
Intercede, Víctor, por el Carmelo Seglar. Y ya sabes que en Valladolid tienes reservado un sitio, pues te necesitamos y queremos contar contigo.

Andrés Villate Tellaeche





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