miércoles, 4 de diciembre de 2019

Testimonios. Tomás Galindo (IV)

 Portada del libro "Vida impactante de un cristiano de a pie"



Hoy, diez de noviembre, fiesta de Nuestra Señora de la Almudena, que es fiesta en Madrid y puedo sacar un poco más de tiempo, me decido a enviarle unas líneas: por escrito mejor que telefónicamente.

No me ha añadido nada la “Vida impactante de un Cristiano de a pie” a esa mi percepción que ya tenía de siempre sobre la santidad de Víctor. Si quizás esos detalles de su vida familiar y social que yo ignoraba, tan, tan admirables.

Empecé por el final, leyendo las resonancias, que quise leer de una sola tacada, y confieso que me ha dejado un regustillo profundo ver cómo tantos han vibrado con la vida de Víctor. Qué grande es Dios, que obra tales maravillas en sus hijos predilectos. “Qué bueno es el Dios de Israel para los justos”.

Pájaro solitario del que habla San Juan de la Cruz.

Quisiera haber vibrado más emotivamente con los hechos y dichos de una persona tan santa, pero actualmente estoy pasando por una hondonada profundamente desoladora y sólo atisbo la inmensidad del mar, aunque no lo veo completo, ni en profundidad ni en extensión. Al presente estoy “sicut passer solitarius in tecto”, (como pájaro solitario) como dice el salmo 102, 8: y ya quisiera yo que fuera según lo escribe San Juan de la Cruz en el Cántico; pero tristemente, sólo me quedo en lo literal, que no en lo espiritual. Pero no importa. El fruto de este formidable libro está logrado. Ha dejado en mí un pose grande, muy grande, de deseos de mejorar en todo, vida y oración.

Me ha gustado mucho el prólogo, el cual he visto muy relacionado con el contenido de todo. Esa referencia a no ser ermitaños (me parece que tomada del Beato Pablo VI) que tan bien se realizó en Víctor, quien no se conformó con vivir internamente a Dios, sino que quiso irradiarlo, y qué bien lo hizo. Dice San Juan Pablo II, me parece que en la “Christifideles laici”: “Subir al monte, contemplar a Cristo; bajar del monte, irradiar a Cristo”. Todavía no es tarde para aprender de Víctor.

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