miércoles, 18 de diciembre de 2019

Florecillas. Donante de sangre




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Otra de las obras de misericordia y solidaridad de Víctor era ser donante de sangre. Y cuando, por razón de su enfermedad ya no le permitieron hacerlo, lo sintió mucho. (Vida impactante... Pag 108).

¡Cómo un hombre tan entregado a visitar y ayudar a los enfermos no iba aprovechar la oportunidad de salvar sus vidas, y a ser posible, donándoles su propia sangre!
Entre las normas de los donantes de sangre hay una muy prudente que restringe las donaciones a un máximo de cuatro veces al año, y a esa norma tendría que atenerse Víctor, pues de no existir esa regulación, con toda seguridad lo hubiera hecho con más frecuencia.

No se hizo donante para ofrecer su sangre para salvar la vida de algún familiar o de algún amigo, pues eso lo hemos hecho muchos en alguna circunstancia y nos lo han agradecido toda la vida, sino de una donación programada para salvar vidas de desconocidos, porque lo importante era salvar vidas con su sangre, sin que ni siquiera el beneficiado pudiera agradecérselo al tratarse de una donación anónima.

Colaboradores voluntarios de la Cruz Roja.

Para ser donante se requieren varias condiciones, todas ellas relacionadas con la buena salud, por ejemplo, no haber sufrido enfermedades infecciosas, no haber tomado drogas ni determinados medicamentos, no haber pasado por operaciones quirúrgicas, ni recibido transfusiones de sangre, todas ellas para garantizar que se ofrece una sangre sana.

Eso quiere decir que gozaba de muy buena salud a pesar de sus comidas frugales, las muchas horas de trabajo para mantener a la familia y ayudar a los pobres y de las horas robadas al sueño y al descanso para dedicarlas a la oración.

Cuando por sus enfermedades, al convertirse en donante con riesgos le retiraron el carné de donante, lo lamentó no tanto por su enfermedad, cuanto por no poder contribuir a salvar vidas.

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