sábado, 13 de abril de 2019

Florecillas. Premio a su puntualidad.

Billete de cien pesetas, moneda de esa época


En 1981 apunta 10.000 pesetas y escribe de su puño y letra: Esto es premio a la puntualidad; y no creo que sea esto una sola vez, pues hay otra serie de cifras que apunta a lo mismo en otros meses. También aparece una factura de “atrasos de abril 85, marzo 86”. Así andaba Víctor con sus cuentas, afanándose hasta en esto como un santo de a pie, como un trabajador que desde su contrato fijo y con el sudor de su frente iba sacando adelante a su familia (Vida impactante….p. 58-59).

Estas palabras del P. José Vicente Rodríguez, en su obra: Vida impactante de un Cristiano de a pie, nos muestran claramente como Víctor cumplía sus compromisos con total responsabilidad. ¿Lo haría por recibir una recompensa especial? Seguro que no. Fue puntual porque ese era su compromiso. La empresa le daba un sueldo por las horas de su trabajo, y no realizarlas o no rendir plenamente, para él hubiera sido robar a la empresa.

Billete de mil pesetas.
Él no se planteaba si la empresa se beneficiaba o no más de lo que debiera. Él había firmado un contrato y su compromiso, no sólo con la empresa, sino con Dios, era la de cumplir fielmente y rendir según sus capacidades.

Buen ejemplo para quienes se preocupan de reivindicar derechos y subidas de sueldo más que de cumplir fielmente con sus compromisos laborales con la empresa que les proporciona un sueldo para mantener la familia. A veces, ¡cuántas horas de trabajo se pierden por falta de puntualidad o de rendimiento!

Billete de cinco mil pesetas

Nunca fue el caso de Víctor, que desde joven se distinguió por ser sumamente trabajador. ¡Cuántas veces, siendo joven, después de realizar los duros trabajos de verano de su propio hogar, se ofreció a ayudar a familiares retrasados en la cosecha! El ocio, el perder tiempo fumándose cigarrillos o en conversaciones inútiles, nunca hizo presencia en su vida, ni siquiera antes de su total entrega al Señor.

¿Qué la empresa podía pagar más? Nunca se lo planteó y siempre se mostró agradecido por haberle sacado de la ruina y con su sueldo haber sacado adelante a su familia. Como representante de los trabajadores, eso sí, les defendió con valentía cuando tuvo que hacerlo, pero también les pidió que se esmeraran en el cumplimiento de sus compromisos con la empresa.


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