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Monasterio de monjas agustinas recoletas en Oviedo. |
Muy amada en cristo: Con gozo y alegría recibí tu grata, expresiva y viva de contenido. Voy a contestarla como el Espíritu me dé a entender.
En primer lugar me deseas que viva las fiestas litúrgicas del año. Si así no lo hiera, ¿qué hijo de la Iglesia sería? Esta es una de las gracias que el Señor nos concede a los que luchamos por caminar en su servicio, el aprovecharnos del contenido de todas las fiestas que conmemoran la vida y pasión del Redentor y su Santísima Madre.
Hubiera sido interesante tener la carta que esta religiosa, para conocer su contenido, al que Víctor da respuesta, pero Víctor no conservó ninguna de las cartas recibidas. El contenido debía ser muy espiritual ya que lo primero que dice Víctor es que: “va a contestarla como el Espíritu me dé a entender”.
El primer tema es sobre el valor de las fiestas litúrgicas. La religiosa desea que Víctor celebre las fiestas y los misterios de la Iglesia y la respuesta es contundente: “Si así no lo hiciera, ¿qué hijo de la Iglesia sería?”.
Pocos cristianos habrán sido tan amantes y agradecidos a la Iglesia y a la celebración de los misterios de nuestra salvación a través de la Iglesia. Sus escritos autobiográficos comienzan diciendo: “Los padres que Dios me dio, tanto me quisieron, que hijo de la Iglesia me hicieron. Esta me recibió, el bautismo me otorgó”. Y concluyen con el texto del epitafio sobre su sepultura: “Aquí yace un pecador que en su Iglesia Jesucristo perdonó”.
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