sábado, 1 de marzo de 2025

Florecillas. El poder del amor

Víctor y Asunción con sus hijos, 
excepto Eva María, la más pequeña


Todos podemos cambiar si el amor nos invade. ¡Cómo cambió la vida de mi padre (Víctor) al ser tocado por el Señor y cómo se dio a los demás!

Su fuerza venía de las largas horas que pasaba en oración. Teresa

Rodríguez.

Teresa es la hija que mejor conoció el cambio operado por su padre Víctor

después de su ruina económica. Sufrió en carne propia lo que supone pasar

de una vida en que no faltaba de nada, a una vida de pobreza e inseguridad,

pero a la vez fue testigo del cambio radical en la entrega al Señor de su

padre desde ese momento.

Es además la única que destaca que, al principio de su conversión, como

suele suceder en muchos convertidos, fue muy exigente con sus hijos

mayores por el deseo de que también ellos se convirtieran y dieran buen

ejemplo a sus hermanas más pequeñas.

Pero pronto cayó en la cuenta de que Dios nos ama a todos por ser sus hijos

y que nos atrae por el amor, no por la fuerza, y comenzó a poner en

práctica este consejo de San Juan de la Cruz: “Donde no hay amor, pon

amor, y sacarás amor”. Y cambió radicalmente. Dejó de ser tan exigente

con sus hijos mayores para atraerles a Dios por la comprensión y el amor.



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