![]() |
Víctor y Asunción con sus hijos, excepto Eva María, la más pequeña |
Todos
podemos cambiar si el amor nos invade. ¡Cómo cambió la vida de mi padre (Víctor)
al ser tocado por el Señor y cómo se dio a los demás!
Su
fuerza venía de las largas horas que pasaba en oración. Teresa
Rodríguez.
Teresa
es la hija que mejor conoció el cambio operado por su padre Víctor
después
de su ruina económica. Sufrió en carne propia lo que supone pasar
de
una vida en que no faltaba de nada, a una vida de pobreza e inseguridad,
pero
a la vez fue testigo del cambio radical en la entrega al Señor de su
padre
desde ese momento.
Es
además la única que destaca que, al principio de su conversión, como
suele
suceder en muchos convertidos, fue muy exigente con sus hijos
mayores
por el deseo de que también ellos se convirtieran y dieran buen
ejemplo
a sus hermanas más pequeñas.
Pero
pronto cayó en la cuenta de que Dios nos ama a todos por ser sus hijos
y
que nos atrae por el amor, no por la fuerza, y comenzó a poner en
práctica
este consejo de San Juan de la Cruz: “Donde no hay amor, pon
amor,
y sacarás amor”. Y cambió radicalmente. Dejó de ser tan exigente
con
sus hijos mayores para atraerles a Dios por la comprensión y el amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario