Camilleros en un hospital llevando a un enfermo. |
Él me manifestó que le gustaría trabajar de camillero en algún hospital o sanatorio, pues así, al tiempo que trabajaba, podía atender con amor a los pacientes (ya estaba convertido), pero el trabajo que le encontré fue en la Fábrica Embotelladora de Pepsi- Cola de Madrid a través de un dirigido espiritual mío que tenía gran amistad con el dueño de dicha Embotelladora de Pepsi-Cola. JOSÉ FRANCISCO
Ya conocen los lectores de este Blog de Víctor, que la ruina
de sus negocios, lejos de llevarle a la desesperación, tan corriente en los que
los sufren este tipo de desgracias, le llevó a la conversión. Sin esa ruina, no
tendríamos al ya Siervo de Dios, que esperamos llegue a ser reconocido como santo,
pues fue el momento en que cayó en la cuenta de que el único que nunca nos
puede fallar, es Dios. Y en sus manos se puso.
Para sacar adelante a su familia, le pidió a su hermano José
Francisco, que en esas fechas estaba en los carmelitas descalzos de Plaza de
España en Madrid, que le buscara un empleo, y que, a ser posible, fuera de
camillero en algún hospital. ¿Por qué? Porque además de sacar adelante a su
familia, deseaba que su trabajo sirviera para ayudar los enfermos y así cumplir
con el deseo de Cristo: “Estuve enfermo y me visitasteis”.
El Señor le llevó por otro camino, pues al entrar en la
Embotelladora de Pepsi-Cola, le colocó para que ayudara a muchos empleados a
mantener la fe que estaban a punto de perder, y ayudarles, con su ejemplo, a comprender
que el trabajo puede convertirse en un medio de santificación.
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