Playa Ladeira en Sabarís (Pontevedra) |
Cuando íbamos a su casa, estaba siempre pendiente de sacarnos
lo que nos gustaba, la Pepsi-Cola que no podía faltar, o en Sabarís, cuando
estábamos en verano y queríamos ir a la playa, el se quedaba con su actitud
habitual de servicio, friéndonos patatas para comer, o sardinas, y cuando
llegábamos cansados y hambrientos, allí lo encontrábamos. Raquel.
Si la llegada del abuelo a la casa de los nietos siempre era
motivo de alegría, otro tanto sucedía cuando eran los nietos los que se
acercaban a casa del abuelo, especialmente cuando los abuelos establecieron su
residencia en Velillas del Duque y cuando pasaban unos días de vacaciones a
Sabarís.
El motivo de pasar las vacaciones de verano en Sabarís se
debía a que Asunción sufría mucho con el calor y la contaminación de Madrid y los
médicos, para que repusiera fuerza y salud, la recomendaron baños en el mar y
paseos por la playa. El resultado fue muy eficaz, pues regresaba siempre notoriamente
recuperada.
Al tener que pasar Asunción algunas horas bañándose y tomando
el sol en la playa, era Víctor el que se encargaba de hacer la comida, que por
cierto la hacía muy bien, para que al regresar de la playa, todos pudieran
sentarse a compartir la comida.
La señora Carmiña, les reservaba todos los años la parte baja
de su casa construida al lado de un riachuelo y muy cercana a la playa Ladeira
de Sabarís, y suficientemente amplia como para que pudieran ir también los
nietos.
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