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| Mons. D. Ricardo Blazquez, Cardenal Arzobispo de Valladolid jurando promover y mantener secreto en el Proceso de canonización de Víctor. |
“La Beatificación y Canonización, manifiestan la vitalidad
interior de la Iglesia, que le vienen del Espíritu Santo y la fidelidad de sus
hijos. Por eso estamos participando en el comienzo de un itinerario, que
confiamos manifieste abiertamente, ante todo, lo que significa esta llamada a
la santidad realizada en una persona concreta.
En la Exhortación Apostólica del Papa Francisco: “Gaudete et
exultate”, ve bien indicativo el título. Se trata de la santidad en la Iglesia,
de el test más profundo de la vida cristiana, y justamente el título nos habla
de gozo y alegría. ¿Qué desarrolla el Papa especialmente en el itinerario de la
santificación de las personas?
Por una parte, las Bienaventuranzas: “Dichosos los pobres, porque
vuestro es el reino de los cielos”. Un mundo, la vida temporal con sus
limitaciones, con sus empobrecimientos también, también con entrega de la vida
sacrificada como misericordia, con las persecuciones padecidas. Y la segunda
parte: “Vuestro es el reino de los cielos”. Se trata de las Bienaventuranzas
como camino de santificación, lo cual, nos dice, que si las
Bienaventuranzas son camino de santificación, la santificación y la santidad no
es triste, sino gozoso. Dios no quiere santos tristes. Un santo triste,
sería un triste santo. Por eso produce una satisfacción particular, el que
uno de los títulos de nuestro hermano Víctor, sea justamente y además
merecidamente, “Sonrisa de paz”, está mostrando lo que significa la
santidad en la Iglesia.
La segunda vía que desarrolla el Papa, es lo que se puede
decir el cuestionario según el cual vamos a ser juzgados: “Porque tuve hambre y me disteis de
comer. Fui forastero y me acogisteis. Estuve en la cárcel y vinisteis a verme”.
Yo diría, que Jesús se identifica con aquellos que han sido atendidos por sus
discípulos. Y esto es justamente la santificación, de la santidad.
Y Jesús se identifica también con aquellos que han sido
manifestación del gozo y de la paz, de la fidelidad a Dios, de la santidad. Hay
una participación interior del Espíritu, que justamente procede de la sintonía
con la voluntad de Dios”. Continuará…
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