miércoles, 8 de diciembre de 2021

Habla Víctor Inmaculada Concepción.


Durante siglos, antes de que se definiera el dogma de la Inmaculada Concepción de María, ya en España se celebraba con gran solemnidad esta fiesta, por eso acogió con gozo y alegría la decisión del Papa Pío IX, que el día 8 de diciembre de 1854, por la Bula “Inefabilis Deus” promulgó el dogma con estas palabras:

 

 Para honra de la Santísima Trinidad, para alegría de la Iglesia Católica, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, con la de los Santo Apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra: Definimos y pronunciamos que la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de pecado original desde el primer instante de su concepción, por singular privilegio y gracia de Dios Omnipotente, en atención a los méritos de Cristo-Jesús, Salvador del género humano, ha sido revelado por Dios y por tanto debe ser firme y constantemente creída por todos sus fieles”.

 

El pueblo cristiano venera este misterio con esta bella oración, que repite con frecuencia, pero especialmente durante la novena a la Inmaculada concepción: Bendita sea tu pureza, y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea, en tan graciosa belleza.

A Ti, celestial Princesa, Virgen Sagrada María, yo te ofrezco en este día, alma, vida y corazón. ¡Mírame con compasión! ¡No me dejes Madre mía!

 

Era de las oraciones marianas preferidas de Víctor. La aprendió en el hogar paterno desde su infancia, donde se rezaba al final del rezo diario del Rosario y no dejó de rezarla hasta que el alzheimer se lo impidió.

 



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