miércoles, 3 de septiembre de 2025

Testimonios José Martínez Marcos

 

D. José Marínez Marcos, vecino de Saldaña


No tuve la suerte de conocer en vida al Siervo de Dios Víctor Rodríguez, aunque es probable que nos viéramos más de una vez durante los doce años que vivió en Velillas del Duque, pues él se acercaba a Saldaña con cierta frecuencia, pero si tuve la dicha de recibir un folleto en el que se hablaba del inicio de su proceso de canonización en el que con brevedad se destacan sus virtudes.


Me llamó la atención que un varón nacido en Quintanadiez de la Vega, perteneciente a la “Villa y tierra de Saldaña” como yo, hubiese practicado  tantas virtudes, y me interesé en conocer mejor su vida, para, en la medida de mis posibilidades, seguir su ejemplo.


Gracias a él descubrí que Dios es nuestro verdadero padre, que nos ha dado la vida por amor, que está dentro de nosotros, que ilumina nuestra vida y que nuestro destino no es la muerte, sino la resurrección y la felicidad que dura para siempre.


A  veces buscamos a Dios en lo alto de una montaña, en la profundidad de un valle y no nos damos cuenta que está en nuestro interior. Para encontrarle tenemos que ir a lo más profundo de nuestro ser. Como si fuésemos a explorar una cueva, y al salir nos damos cuenta que hay otro mundo totalmente diferente, un mundo que no veíamos porque estamos centrados en cosas, a veces sin ninguna importancia.


Muchas veces damos valor a lo que brilla con la luz del sol, pero si el sol se nubla, pierde su brillo y por tanto su valor. Dios es la luz que no se agota, que ilumina el oscuro camino de nuestra vida. Dios esta ahí susurrando al oído, pero no le escuchamos.


Esto es lo que he aprendido gracias al Siervo de Dios Víctor Rodríguez y estoy tratando de ponerlo en práctica: Estar siempre atento a lo que Dios, luz verdadera, me ilumina a través de la oración.


Saldaña (Palencia) día 29 de julio de 2025


José Martínez Marcos


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