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| La creación del hombre por Miguel Ángel en la capilla Sixtina |
Existen dos orillas: La
orilla de Dios y la orilla del mundo. El que camina por la orilla del mundo,
mira cara a este mundo, y el que camina por el camino de Dios, todo lo mira
cara a Dios. El que camina por la orilla del mundo, aspira únicamente por los
bienes terrenos que se pierden para siempre cuando se pierde esta vida. El que
camina por la orilla de Dios, al tiempo que usa los bienes terrenos, según los
deseos de Dios, aspira por los bienes futuros, que comienzan a disfrutarse
cuando se pierde esta vida.
La vida puede enfocarse desde
la orilla de Dios o desde la orilla del mundo. Enfocar la vida desde la orilla
del mundo, es enfocar la vida bajo las máximas del mundo. El centro para los
que enfocan su vida según Dios, es Dios, y como Dios es eterno, nunca perecen,
sino que son eternos, como Dios es eterno. La vida de los que enfocan la vida
desde la orilla del mundo, es una vida sin horizontes, pues la figura de este
mundo pasa antes o más tarde, mientras que los horizontes de la vida de los que
enfocan su vida desde la orilla de Dios, no tienen límites.

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