miércoles, 7 de febrero de 2024

Florecillas: O no hablar, o hablar de Dios.

 

            Víctor en el locutorio de Sabarís. Sobre su cabeza el letrero a que se alude.


Todas las hermanas que le conocieron, pueden decir que su tema principal de conversación era Dios. Tanto en el locutorio como en el torno, no se perdía tiempo con él. Nunca hablaba de cosas del mundo y decía que éste había que llenarlo de Dios”. (Carmelitas Descalzas de Sabarís).

 

En todos los conventos de religiosas Carmelitas Descalzas, y el de Sabarís no es excepción, hay una sala llamada “locutorio”, que es el único lugar donde las religiosas pueden recibir visitas y hablar con los seglares, y un pequeño “torno”, en que la hermana que hace de portera, atiende a los que se acercan al monasterio.

 

En el locutorio, en la parte destinada a los visitantes, separados de las religiosas por una reja, hay un letrero con esta inscripción: “Hermanos: Una de dos ha de ser: o no hablar o hablar de Dios, que en las casas de Teresa, esta ciencia se profesa”.

 

Es de suponer que no todas las personas que se acercan a hablar con las religiosas, especialmente sus familiares más cercanos, se atengan rigurosamente a esta norma, pero en el caso de Víctor se cumplía con tanta perfección, que llamaba la atención de las mismas monjas, porque era él el que más hablaba de cosas espirituales, hasta el punto de reconocer “que su tema principal de conversación era Dios”.




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