miércoles, 14 de febrero de 2024

Miércoles de ceniza.

 

Su Santidad el Papa Francisco imponiendo la ceniza.


Celebramos hoy el Miércoles de Ceniza. El Martirologio Romano anuncia la celebración con estas palabras: “Día de ceniza e inicio de la muy sagrada Cuaresma: he aquí que vienen días de penitencia para la remisión de los pecados, para la salvación de las almas; he aquí el tiempo favorable, en el que se asciende a la montaña santa de la Pascua”.

 

Se trata, pues, de días de penitencia, de ayuno y de la abstinencia, pero se nos habla de esas prácticas para conseguir la verdadera conversión de nuestra vida,  para que nuestra vida se desarrolle según las exigencias del Evangelio, que son las que Jesús nos pide para alcanzar la felicidad, no los criterios del mundo.

 

Así lo resalta la fórmula con la que se nos impone la ceniza: “Conviértete y cree el Evangelio”. Son las primeras palabras que Jesús pronunció al comenzar el anuncio de la Buena Noticia. La conversión consiste en que vivamos conforme al Evangelio, cosa nada fácil, y a veces dura toda nuestra vida.

 

Hasta a los santos les ha costado mucho la conversión. Por ejemplo, a Santa Teresa, que no logró la verdadera conversión hasta los 39 años. Fue siempre  buena, incluso se consagró al Señor como religiosa carmelita, pero no se entregó por entero al Señor hasta que se encontró con una imagen de Cristo muy llagado y cayó en la cuenta de que estaba tan llagado por su culpa y por amor a ella.

 

A víctor le sucedió algo semejante. Fue muy religioso desde su infancia. Siguió manteniendo el fervor en su nuevo hogar, e incluso lo aumentó al hacerse carmelita descalzo seglar, pero se afanaba y disfrutaba a la vez de los bienes materiales, hasta que llegó la ruina de sus negocios. En ese momento cayó en la cuenta de que el único que no falla nunca es Dios, confió en Él, y cambió radicalmente.



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