miércoles, 18 de marzo de 2020

Habla Víctor Alma unida al Verbo

Cristo humillado y escarnecido.


En angustias y en tristezas al alma de Cristo estará asociada. En este estado por nadie será tocada. De mundo, demonio y carne estará liberada. Unida al Verbo queda traspasada.

Son las palabras de sus escritos autobiográficos que preceden a hablar de su muerte. Son como la expresión de que su vida espiritual había llegado a su plenitud espiritual, mediante la sumisión de su cuerpo y de su alma a la voluntad del Señor, como hizo Jesús en la oración del Huerto, y que, unida al Verbo, ya no temía al demonio, ni al mundo, ni a la carne.

Víctor ya había experimentado, siguiendo las directrices de su maestro San Juan de la Cruz, que la santidad no consiste en sentir gusto en las cosas espirituales, ni en tener tan altas consideraciones y comunicaciones como los ángeles, sino en “saberse negar de veras, según lo exterior e interior, dándose a padecer por Cristo y aniquilarse en todo. Porque el aprovechar no se halla sino siguiendo a Cristo, que es el camino y la verdad y la vida” (2Subida, 7, 8).

¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?

Y el camino que siguió Jesús fue morir a lo sensitivo a lo largo de su vida y especialmente en su muerte, y morir a lo espiritual experimentando el desamparo del Padre que le llevó a exclamar: “¡Dios mío, Dios mío! ¿Por qué me has abandonado? Y fue en ese desamparo cuando hizo la mayor obra que en toda su vida con milagros y obras había hecho, ni en la tierra ni en el cielo, que fue reconciliar y unir al género humano por gracia con Dios” (Ibid).

Todo esto lo dice San Juan de la Cruz, “para que entienda el buen espiritual el misterio del camino de Cristo para unirse con Dios, y sepa que cuanto más se aniquilare por Dios, según estas dos partes, sensitiva y espiritual, tanto más se une a Dios y tanto mayor obra hace. Y cuando viniere a quedar resuelto en nada, que será la suma humildad, quedará hecha la unión espiritual entre el alma y Dios, que es el mayor y más alto estado a que en esta vida se puede llegar. No consiste, pues, en recreaciones y gustos y sentimientos espirituales, sino en una viva muerte de cruz sensitiva y espiritual, esto es, interior y exterior” (Ibid.)

Víctor fue aniquilando la parte sensitiva mediante una vida austera y soportando las enfermedades que le llevaron a la muerte, y la parte espiritual sufriendo las terribles Noches oscuras que le llevaron a la unión con Dios.



No hay comentarios:

Publicar un comentario