Víctor muy enfermo acompañado por sus nietos Rebeca y Carlos. |
Hace
cuatro años me dijeron que si no me operaba que tenía poco tiempo de vida; le
contesté al cardiólogo que no me preocupaba el vivir más o menos, así que no me
operaba. La verdad es que estos dos últimos años me encuentro mejor que hace
diez. Está demostrado que no se muere uno hasta que Dios no lo quiere.
Parece
que a Víctor, debido al esfuerzo de las horas extra en la fábrica, le daban
frecuentes taquicardias. Por si en algún momento la taquicardia fuera tan
fuerte que pudiera necesitar atención médica, llevaba en su cartera una nota
con el nombre y teléfono de su hermano José Francisco para que le avisasen a él
en vez de llamar a su esposa, para evitarla un gran disgusto. De vez en cuando
también le daban taquicardias estando en el hogar, y en ese caso era su esposa
Asunción la que procuraba que sus hijas no se enterasen.
Epitafio que Victor escribió acerca de su sepultura. |
Pero
en 1986, cuando tenía 61 años ya no se pudieron encubrir, porque en el
reconocimiento médico se le descubrió: “Cardiopatía isquémica y Taquicardia
parosística supraventricular”, se le aconsejaba evitar “esfuerzos mayores que
moderados y concluía diciendo: “Dada la situación clínica, sería aconsejable
solicitar la incapacidad laboral”.
El
doctor le aconsejó operarse, pues de no hacerlo, sus días estaban contados. Y ya
ven con que paz y serenidad le respondió que, como no le preocupaba lo más
mínimo morir, no se operaba, que se cumpliese la voluntad de Dios.
El
testimonio de Daniel Colorado es contundente: “A causa de los grandes esfuerzos
físicos que realizaba en el trabajo, Víctor contrajo una enfermedad grave en el
corazón. Entonces fue al médico del corazón y este, después de reconocerle le
dijo que tenía que operarse, pues todos los que estaban como él, según las
estadísticas, no solían vivir más de un año. Él dijo que él no se
operaba. Que fuera lo que Dios quisiera. Por aquel entonces tendría 62 años y
murió a los 87 años. Es decir, que el médico le dio de vida un año y Dios se la
dio 25 años más”. Así se cumplió lo Víctor dice: “No se muere uno
hasta que Dios no lo quiere”.
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