Adorando al Santísimo Expuesto.. |
Cuando
se tiene hambre y sed del alimento corporal es señal de buena salud.
Igualmente, la salud espiritual reclama el único alimento que extingue todas
las necesidades y que solamente es Cristo en la Eucaristía. La Palabra también
es alimento. Por ello la Santa Misa es el completo de todo bien en la tierra.
La
falta de apetito es síntoma de que la salud está deteriorada, y si la falta de
apetito es prolongada, es signo de gravedad. Por el contrario, aunque alguien
sufra alguna enfermedad, mientras no pierda el apetito, hay esperanza de una
pronta recuperación.
Algo
semejante ocurre en la vida espiritual. Cuando no hay interés por las cosas del
Señor, cuando se deja uno llevar por las cosas y vanidades del mundo, alejado
por entero de las prácticas religiosas, es signo claro de que la salud
espiritual está muy deteriorada. Por el contrario, aunque uno caiga
frecuentemente como consecuencia de la debilidad humana, pero no se olvida de
sus prácticas y creencias religiosas, es señal de que en cualquier momento se
puede reanimar. Es lo que Santa Teresa dice de la oración: “Por experiencia
puedo decir que, por muchos males que haga quien la ha comenzado, no la deje,
pues es el medio por donde puede tornarse a remediar…Y quien no la ha
comenzado, por amor del Señor le ruego yo no carezca de tanto bien, pues a poco
ganar irá entendiendo el camino para el cielo” (V. 8, 5).
Lo
que Teresa de Jesús dice de la oración, lo que aplica Víctor a la Palabra de
Dios y a la Comunión. Por eso recomienda conocer la Palabra de Dios a través de
su frecuente lectura y meditación; pero sobre todo, no privarse del alimento de
la Eucaristía, sino tomarlo a poder ser a diario para, no enfermar o quedarse
espiritualmente enanos.
Víctor
concluye con una rotunda afirmación: “Por eso la Santa Misa es el
completo de todo bien en la tierra”, porque en ella comenzamos
escuchando la Palabra de Dios que nos descubre la voluntad de Dios, y en la
Comunión nos alimentamos con el cuerpo y la sangre de Cristo, alimento de vida
eterna.
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