miércoles, 13 de noviembre de 2024

Testimonios. Domingo Torres.

 

 Templo de la Sagrada Familia en Barcelona.


Padre José Francisco.

VIGO

Estimado padre.

En primer lugar comunicarle que sí recibí sus anteriores cartas, así como el ejemplar del libro “Vida impactante de un cristiano de a pie” y que muy amablemente me envió, tengo que decirle que es uno de los libros que deben ser leídos.


Hice la oportuna publicidad entre los cursillistas de la diócesis y también el ofrecimiento de ejemplares en las condiciones indicadas por usted. Sin embargo todavía no he tenido contestaciones acerca de tal ofrecimiento.


Cuando en septiembre volvamos a iniciar el curso, reiteraré el ofrecimiento de ejemplares, con la esperanza de tener algunos pedidos, cosa que oportunamente le comunicaré.


Con mis deseos de que Dios le bendiga, y que nosotros con nuestras obras le bendigamos a Él.


Reciba un cordial abrazo.


Domingo Torres

Movimiento de Cursillos de Cristiandad

Diócesis de Barcelona





sábado, 9 de noviembre de 2024

Florecillas. Caridad con los moribundos

 Doctores atendiendo a un moribundo.


Durante el tiempo que vivieron en la portería de Vergara, en varias ocasiones fue a buscar al párroco para que asistiera a vecinos que se estaban muriendo. Los familiares de los moribundos no rechazaron su ofrecimiento de ir a llamar al sacerdote, a pesar de que no tenía un trato de amistad con ellos, porque se lo ofrecía con su bondad habitual. Probablemente  se hubieran quedado sin los auxilios espirituales sin la diligencia de mi padre. Eva María.


Víctor tuvo trato con enfermos terminales especialmente en las visitas que hacía todos los domingos, al Hospital francisco Franco como miembro de la Congregación de Seglares de San Felipe Neri, y siempre les hablaba con cariño de amigo y les preparaba para recibir la Unción de enfermos y la Comunión, que luego les administraba un sacerdote de la congregación.


Lo mismo hacía con otros enfermos de los que tuviera noticia de que estaban en esas mismas circunstancias, aunque no los conociera personalmente. El deseo de ayudarles a su salvación le impulsaba a cumplir con esa obra de misericordia. Era el Señor el que le daba valor y le capacitaba para cumplir con esa bella misión, como en el caso que aquí nos recuerda su hija Eva.





miércoles, 6 de noviembre de 2024

Habla Víctor Carta 2 a Begoña (II)

Begoña como misionera de la Caridad de Teresa de Calcuta con familiares.

Con el tiempo, el Señor nos da la gracia y el alma se detiene por amor por el Santo Espíritu, pues estas luces no son frecuentes.

Se llega a tener grandes deseos, que son gracias divinas, no suelen ser en muchos tiempos, más bien vienen los sufrimientos espirituales, y estos son más internos en el espíritu.

De todas formas, siempre que se lucha para hacer oración y no se consigue, se aumenta la gracia, aunque en ese momento no te enteras. Yo repito continuamente lo que estoy pensando, sobre todo “venite adoremos”, incluso que esté hablando con personas, la imaginación está presente dentro del alma, que también es una gracia.


Víctor, experimentado hombre de oración, sigue dando sabios consejos a su hija que intenta seguir sus pasos por el camino de la oración. Por eso la advierte que el Señor, a los principiantes les suele conceder momentos de grandes y agradables deseos de estar con Él, disfrutando de su amor, pero que después, suele permitir grandes sufrimientos y noches oscuras que son las que verdaderamente purifican de los pequeños defectos que antes no veíamos.


Víctor pasó por esa experiencia en sus retiros en Batuecas, pero no por eso abandonó la oración, sino que siguió orando varias horas al día, aunque fuese a base de repetir jaculatorias, y es lo que recomienda a su hija. 





sábado, 2 de noviembre de 2024

Habla Víctor. Fiesta de todos los Santos.

Solemnidad de todos los Santos.

 

Dios todopoderoso y eterno, que nos has otorgado celebra en una misma fiesta los méritos de todos los santos, concédenos, por esta multitud de intercesores, la deseada abundancia de tu misericordia y tu perdón.


Ayer celebramos el día de todos los Santos, no sólo de los santos oficialmente reconocidos por la iglesia como tales, sino de todos los que han conseguido la salvación y se encuentran en el reino de los cielos, entre los que se encuentran nuestros seres queridos que nos han precedido en ese encuentro con Señor, como es el caso de Víctor, ya reconocido por la Iglesia como Siervo de Dios.


San Bernardo, al celebrar la festividad de todos los Santos se hace esta pregunta: “¿De qué sirven a los santos nuestras alabanzas, esta misma solemnidad que celebramos? ¿De qué les sirven los honores terrenos, si reciben del Padre celestial los honores que les había prometido verazmente el Hijo? ¿De qué les sirven nuestros elogios? Los santos no necesitan de nuestros honores, ni les añade nada nuestra devoción. Es que la veneración de su memoria redunda en nuestro provecho, no suyo”.


El primer provecho es que esta fiesta, al recordar a lo santos que ya gozan de felicidad para siempre, suscita en nosotros el deseo de encontrarnos con ellos en el cielo para siempre. ¡Que alegría encontrarnos con todos nuestros seres queridos, para siempre en la casa del Padre que nos concede la felicidad plena.


El segundo provecho es que, el ejemplo de esos santos, nos debe estimular a seguir a Cristo, como ellos lo hicieron mientras vivieron entre nosotros. Si ellos siguieron a Cristo, ¿porqué no hacer nosotros lo mismo?