sábado, 11 de octubre de 2025

P. José Francisco Rodríguez. Desde la orilla de Dios (3)

El P. José Francisco Rodríguez
el día de su profesión religiosa
en Segovia.


Contra Dios no hay quien pueda. Los enemigos de Dios nada pueden contra Dios. ¿Qué daño puede hacer a la luna que la ladren los perros? Pues menos daño pueden hacer a Dios los que “ladran” a Dios, que eso es lo que hacen con Dios los que luchan contra Dios.

No es lo mismo decir que los padres aman a sus hijos, que decir que nuestros padres nos quieren a nosotros, porque nosotros somos hijos suyos.

No es lo mismo que otros nos digan que Dios es nuestro Padre, que saber nosotros que Dios es nuestro Padre por tratarnos como hijos queridísimos suyos.

Todo lo que Dios ha hecho, hace y seguirá haciendo por nosotros, lo ha hecho, lo hace y lo seguirá haciendo porque nos quiere. El Señor nos habla, porque nos quiere. El Señor nos escucha, porque nos quiere. El Señor se desvive por nosotros, porque nos quiere. El Señor ha sufrido lo que ha sufrido por nosotros, porque nos quiere. El Señor ha muerto por nosotros y ha muerto por nosotros de la forma que ha muerto, porque nos quiere. El Señor ha resucitado para resucitarnos, porque nos quiere. El Señor quiere llevarnos con Él al cielo para que seamos eternamente felices a su lado, porque nos quiere. Todo lo que el Seño ha hecho, hace y seguirá haciendo por nosotros, es porque nos quiere, a más imposible.

P. José Francisco Rodríguez Desde la orilla de Dios (2)

El P. José Francisco Rodríguez
el día de su profesión religiosa
en Segovia.



Dios está a nuestro servicio desde siempre y para siempre. Dios, desde toda la eternidad dispuso que todas las cosas concurrieran para que fueran nuestros padres los que nos dieran la vida, para que naciéramos el año que nacimos, la hora que nacimos, el momento preciso en que nacimos, y el lugar donde nacimos; y dispuso también que no nos faltara nunca nada desde nuestro nacimiento hasta el presente, poniendo a nuestro cuidado las personas que hasta ahora ha puesto a nuestro cuidado, y tiene dispuesto que no nos faltará nada desde ahora hasta el final de nuestra vida, poniendo a nuestro cuidado, desde ahora hasta el final de nuestra vida a las personas que Él tiene previsto que cuiden de nosotros desde ahora hasta el final de nuestra vida terrena. De ahí en adelante, ya no se ocupara de nosotros por medio de nadie, sino que será Él, el que se ocupará de servirnos por eternidad de eternidades. ¡Así de bueno es Dios con nosotros.

 

Nosotros no somos los que nos salvamos por las obras buenas que hacemos, sino que es Dios quien nos salva, pues Él es el que hace en nosotros las obras buenas que hacemos, y luego nos las premia como si las hiciéramos nosotros. Así de bueno y de generoso es Dios con nosotros. Tan bueno es Dios con nosotros, que no se deja ganar nunca en amor, ni por nosotros ni por nadie.





miércoles, 8 de octubre de 2025

Testimonios P. Jacinto María (III)


2º. Intención de agradar en todas las cosas.

En segundo lugar, el que quiera santificarse, debe hacer cuanto hiciere por agradar a Dios. Todas sus palabras, todos sus pensamientos, todos sus deseos y todas sus obras, no han de ser más que un acto de amor a Dios. “Si tu ojo estuviere bueno, decía Jesucristo, todo tu cuerpo estará iluminado”. Por ojos entienden los Santos Padres la intención. Así decía San Agustín; “La intención es la que hace buena a la obra” (AII BAC. 310).

 

En Víctor, esta intención está considerada en la Biografía: “Vida impactante de un cristiano de a pie, Víctor Rodríguez Martínez”. Capítulo 7 en el apartado “amor a los pobres”, en que, después de mencionar varios casos, concluye diciendo: “Esto por poner algunos ejemplos. Lo cierto es que no podía ver a un pobre que le pidiera o que viera pidiendo limosna que dejara de socorrerles con todo amor, por amor a los pobres y por amor a Jesús, a quien veía en los pobres”. Y lo mismo hacía con los enfermos.

 

Pues amar al prójimo por caridad –escribe San Francisco de Sales- “es amar a Dios en el hombre, o al hombre en Dios; es querer a Dios solo por su amor y a la criatura por su amor también”. Y añade el santo: “El colmo del amor a la divina Bondad del Padre celestial, consiste en la perfección del amor a nuestros hermanos y compañeros”.

 

San Juan de la Cruz lo explica detalladamente: “…ha de advertir el cristiano, que el valor sus buenas obras… no se funda tanto en la cantidad y cualidad de ellas, sino en el amor de Dios que él lleva en ellas; y que entonces van tanto más calificadas, cuanto con más puro y entero amor de Dios van hechas y menos él se quiere interesar acá y allá de ellas, de gozo, gusto, consuelo y alabanza… recoger el gozo a Dios, deseando servirle con ellas en escondido, sin ningún otro respecto y jugo que honra y gloria de Dios”. (Subida, L. III, c, 27, 5).

 

Decía Víctor en una de sus “charlas”: “La caridad no tiene medida… Amarás a Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente; o sea, con todo tu ser… Vela en todo momento para que todo tu ser esté amando a Dios”.


sábado, 4 de octubre de 2025

Habla Víctor. Carta 4ª a una religiosa agustina (III)

 

 Libro de la Subida del Monte Carmelo
de San Juan de la Cruz.

El frío, ayuno y penitencias son muy importantes, pero lo son más las mortificaciones de los sentidos, aún más los del alma.

La oración contemplativa, la más eficiente, es la que se hace en fe. No olvides que aunque para el alma es oscura, para el demonio es tiniebla. Por tanto, en humildad y sin hacer nada ni enterarse, se deja gobernar y enseñar el alma por el Espíritu Santo; Este la enseña ciencia muy sabrosa, infusa en fe, por eso no sabe como lo aprendió, no lo pudiendo explicar, porque no cayó en sentido, sino en fe.

 

Seguro que la religiosa agustina entendió perfectamente lo que le dice acerca del frío, de las penitencias y de las mortificaciones, pero dudo que entendiera lo referente a la oración contemplativa hecha en pura fe.

 

San Juan de la Cruz, en Subida del Monte Carmelo dedica a este difícil tema todo el libro segundo que comienza con estas palabras: “En que se trata el medio próximo para subir a la unión de Dios, que es la fe”.

Pone a continuación la segunda canción, base de lo que va a comentar a lo largo de 32 capítulos que dice así: A oscuras y segura / por la secreta escala disfrazada, / ¡oh dichosa ventura!/, a oscuras y en celada, / estando ya mi casa sosegada.

 

Y comienza el comentario con estas palabras: En esta segunda canción canta el alma la dichosa ventura que tuvo en desnudar el espíritu de todas las imperfecciones espirituales y apetitos de propiedad en lo espiritual…. Por eso la llama aquí escala y secreta, porque todos los grados y artículos que ella tiene son secretos y escondidos a todo sentido y entendimiento… Por lo cual dice que iba disfrazada, porque lleva el traje y vestido y término natural mudado en divino, subiendo por fe… Y no solo eso, sino que va el alma tan encubierta y escondida y ajena de todos los engaños

 Del demonio, que verdaderamente camina, como aquí también dice, a oscuras en celada, es a saber, para el demonio, al cual la luz de la fe le es más que tinieblas.

 


miércoles, 1 de octubre de 2025

Gracias y favores. Maria Mercedes Diago Ceinos.

 

Vista general de Baltanás (Palencia).

Relato de una gracia muy singular recibida del Señor por mediación de Víctor Rodríguez a petición de mi marido y mía.

 

Me llamo María Mercedes Diago Ceinos y resido en un pueblo de la Provincia de Palencia llamado Baltanás y estoy casada con Juan José Nieto Carranza, vecino del mismo pueblo. Yo tengo una sobrina llamada Verónica Álvarez que ha pasado temporadas colaborando como voluntaria en la obra social y caritativa que lleva en Bolivia el que fuera en su día Obispo de Palencia, D. Nicolás Castellanos, lo que dice tanto a su favor, no sólo por tener sentimientos tan cristianos como por ponerlos por obra de forma tan sacrificada y tan ejemplar.

 

Pues bien, esta mi sobrina, que con ello demuestra sus sentimientos cristianos como miembro que es de una familia tan cristiana como es la nuestra, llegado el momento, se fue a vivir con un joven llamado José Sancho, sin casarse por la Iglesia, e incluso ni siquiera por lo civil.

 

Pasado el tiempo me dijo que iba a tener un hijo. Cuando tuvieron el hijo, en lugar de bautizarle a los pocos días de nacer, como es costumbre entre familias cristianas como es la nuestra, se resistía a hacerlo, y su única respuesta era esta: “Eso sucederá cuando tenga que suceder”.  Mientras tanto seguía sin casarse por la Iglesia y sin bautizar al hijo a pesar de que tanto sus padres como yo, no dejábamos de aconsejarla que regulara cuanto antes su situación…….