 |
| Procesión por las calles el día del Corpus Christi. en Valencia |
“Recuerdo como papá, el día del Corpus Christi me llevaba con él en la procesión. El Santísimo salía en andas de la Ciudad de los Ángeles. Nosotros vivíamos en Villaverde Bajo, en el barrio llamado Oroquieta. Papá se paraba en un lugar a lo largo del recorrido esperando el paso del Santísimo. En cuanto veía a Nuestro Señor aproximarse, se arrodillaba en la calle y me decía que yo hiciese lo mismo”. Begoña.
La fe de Víctor en la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía era inquebrantable. De ahí que desease pasar el mayor tiempo posible en su presencia. De ahí que se hiciera miembro de la adoración nocturna y se pasase toda la noche en adoración. De ahí que animara a sus amistades a que se acercasen a adorarle y a que comulgasen con frecuencia.
Por esa fe en la presencia real de Jesús en la Eucaristía, dice su hija Begoña, que nunca añoró peregrinar a los lugares santos, como hacen tantos creyentes, pues, ¿si Jesús está realmente presente en la Eucaristía, que necesidad tenía de ir a Jerusalén? Ese gesto de arrodillarse en medio de la calle al paso del Santísimo el día del Corpus Christi, sin importarle el que dirán, es un gesto de fe, de amor y de gratitud a Jesús Sacramentado
No hay comentarios:
Publicar un comentario