miércoles, 27 de agosto de 2025

Florecillas de Víctor

Prado de flores esmaltado

 Con este post concluimos la sección dedicada a florecillas, en que hemos intentado dar a conocer pequeños y significativos detalles de la vida de Víctor.

Tomamos el nombre de Florecillas” porque florecillas es el diminutivo de flores, por tanto son flores pequeñas que pueden pasar desapercibidas, pero que contribuyen a embellecer un paisaje cuando su pequeñez se multiplica por millares. San Juan de la Cruz lo ha expresado bellamente cuando al resaltar la belleza de la creación habla “de prados de verduras de flores esmaltados”.


Esta sección de florecillas se inició el día 2 de diciembre de 2017 y concluye hoy, 27 de agosto de 2025. Durante ese tiempo hemos podido disfrutar de doscientas veintidós florecillas, que por su encanto y sencillez nos han ayudado a descubrir a un Víctor humano, cariñoso, simpático, y cercano, siempre alegre y hasta con sentido del humor.


A través de las florecillas podemos comprobar cómo Víctor puso en práctica lo que Santa Teresa pedía a sus carmelitas: “Todo lo que pudiereis sin ofensa de Dios, procurad ser afables y entender de manera con todas las personas que os trataren, que amen vuestra conversación y deseen vuestra manera de vivir y tratar, y no se atemoricen y amedrenten de la virtud. A religiosas importa mucho esto: mientras más santas, más conversables con sus hermanas… Que es lo que mucho hemos de procurar: ser afables y agradecer y contentar a las personas que tratamos” (C. 41, 7).


Así lo hizo Víctor, siguiendo a su madre Santa Teresa, como buen carmelita descalzo seglar, y por eso fueron muchos los que se acercaron al Señor por su afabilidad.










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