Muy amada en Cristo Jesús: Recibí tus letras por medio del hermano José Luis; verdaderamente me llenaron de alegría, por tener noticias tuyas; pero muy especial por su contenido. El misterio de la actuación del Espíritu Santo actuó en ti por medio de este indigno pecador. Que Dios te pague ese criterio que tienes, pide que de verdad sea así. Nada de extraño tiene el que sientas mi alma junto a la tuya, ya que ambos somos miembros de Cristo, por quien luchamos y nos negamos en su servicio nos vemos compensados; por ello, cuando le adoramos o rogamos, nos encontramos ambos junto al Señor, por eso nuestras almas se sienten próximas.
Efectivamente, la vocación de esta religiosa surgió de sus conversaciones y consejos de Víctor. Dios se sirvió de él para que esa joven optara por la vida religiosa, pero sin imponerla sus preferencias, pues lo normal es que la hubiera orientado para que ingresara en las Carmelitas Descalzas, no en las agustinas.
Lo cierto es que sintonizaron en dejarse llevar por el Espíritu Santo para cumplir en todo momento la voluntad de Dios, y si ambos le adoraban y alababan de corazón, en Jesús estaban siempre unidos. Si por la comunión de los santos todos estamos unidos en Dios, cuánto más los que expresamente así lo deseban y expresamente se lo pedían.