Florecillas. Perros salvajes.

 

Muestra de un perro de raza peligrosa.

El 20 de abril de 2024 hablamos de cómo Víctor salió un día de Velillas del Duque para visitar a los amigos que tenía en Quintanadiez de la Vega desde su infancia, y al pasar por cerca de Lobera, le salió una manada de perros salvajes que se abalanzaban con furia amenazándole de muerte, y cómo, con toda calma y confianza en el Señor, hizo la señal de la cruz y se alejaron mansamente. 

El caso que ahora les contamos nada tiene que ver con Víctor, pero nos ayudará a comprender lo que significó en su día que Víctor saliera ileso de aquel ataque de forma milagrosa.

El día 26 de agosto de 2024, Justiniano Calvo, vecino de Barrios de la Vega, pueblo perteneciente al mismo ayuntamiento que Quintanadiez de la Vega, caminando hacia Poza de la Vega para visitar a unos familiares, por un camino rural sin asfaltar y poco transitado, sufrió de repente el ataque de un perro salvaje que se abalanzó sobre él sin que le hubiese provocado, con tanta rabia, que le trituró el cuello. Cuando llegaron los primeros auxilios para llevarle a Palencia en helicóptero, nada pudieron hacer.

¿Cómo se explica que a Víctor le bastara hacer la señal de la cruz sobre toda una manada de perros salvajes para que se alejaran sin hacerle daño, y a Justiniano Calvo le matara un solo perro?

Durante meses  hicieron los vecinos abatidas por todos los lugares cercanos en busca del perro salvaje sin resultado. Al final se comprobó que fue un mastín escapado de un criadero de perros.

Habla Víctor Carta 3ª a una religiosa agustina (VI)

 

Primera estrofa de la "Noche oscura" de San Juan de la Cruz.´

“Es mucho más provechoso el vivir a Dios en el dolor y sacrificio, donde la carne no se puede inmiscuir en el espíritu, ni siquiera Satanás. Me refiero a la purificación pasiva en la noche oscura de la fe, de la que serás tentada. En esta situación, el sufrimiento es tan grande interiormente, que solamente con el llanto se desahoga el alma. Se ve tan miserable, que lo ve todo perdido. Pero sólo para su bien le es concedida esta situación. Pocas almas quieren pasar por esta noche, no saben lo que se pierden”.

Víctor nos habla una vez más de noche oscura, siguiendo a su maestro San Juan de la Cruz, pero, podemos comprobar en sus escritos autobiográficos que habla también por experiencia propia. Estas son sus palabras:

“El Espíritu Santo de la mano me tomaba y todas mis miserias me mostraba. Tan miserable me vi, que solo llanto de dolor tenía, que si esto no tuviera, peor lo pasara. Aunque más duro fue cuando me llegaron tentaciones contra la fe. Todo perdido lo veía, nada del mundo apetecía, y lo que de verdad amaba, se me escondía. Era este estado verdaderamente penoso. De una a otra parte me trasladaba, en todas, triste y abandonado me encontraba, para pronto terminar a los pies del Sagrario. Allí llorando me consolaba. (Nº. 27-28).

Florecillas. Curioso modo de rezar rosarios.

Embotelladora de Pepsi-Cola en la que trabajó Víctor.

Durante el trabajo, su oración era continua. Tenía la gracia de vivir en presencia de Dios de una manera continua. Rezaba muchos rosarios al día. En el trabajo, cuando estaba en la cadena de embotellamiento, la hilera de botellas le servía de cuentas para rezar el rosario. BEGOÑA.

La devoción a María manifestada en el rezo del rosario, la recibió Víctor en su infancia, pues en el hogar paterno se rezaba todos los días en familia nada más terminar la cena, y esa costumbre la introdujo en su propio hogar desde que contrajo matrimonio.

En su casa en Velillas del Duque se ven rosarios por los pasillos y por las habitaciones, rosarios de distintos materiales y distintos tamaños, y hasta en un pequeño trastero desde donde encendía la lumbre de la “gloria” para calentar la casa en invierno.

Y es que, por su amor a María, se las ingeniaba para tenerla presente en su mente y en su corazón. ¿Pero quien se podría imaginar que hasta las botellas que pasaban por sus manos en la Embotelladora de Pepsi-Cola le podían servir para rezar rosarios?

Testimonios. Araceli y hermanas

 

Fachada del Museo del Cerrato.

Baltanás (Palencia)

 

P. José Francisco

Alba de Tormes

 

Querido padre José Francisco.

Mis hermanas y yo, seguimos encomendándonos a su hermano Víctor para que nos ayude especialmente a aceptar la voluntad de Dios en todas las circunstancias que se nos presenten. Es un estímulo para seguir a Jesús como él lo hizo.

Como ya hablamos de que le iba a escribir cuando le mandara el dinero, pues ya lo puse en el Banco y le explico: le mando 200 euros. De esa cantidad, 50 son para la beatificación de su Hermano Víctor, 90 para sus necesidades personales y de comunidad, y 60 para misas por Maxi y Jesús Fonbellida, y por sus padres Domiciano y Fausta.

Espero que esto sea un granito de arena en el mar de sus necesidades y Dios me lo premie con su ayuda espiritual que tanto necesito. 

Me despido con mucha añoranza de no poder tener su fuerza espiritual que usted trasmite.

Un abrazo de todas mis hermanas. Rece por mí.

Araceli y hermanas

Florecillas. ¿Será tonto?

 

Víctor en el hospital con su hija Tere
y su nieta Sara.

Siempre le oí decir que daba gracias a Dios por su enfermedad y yo pensaba: ¿Será tonto? ¿Cómo puede dar gracias al Señor por algo así? Hoy no necesito que me lo explique. TERESA

 

Víctor cumplió desde niño con el precepto del Señor: “Con el sudor de tu frente comerás tu pan”. Desde los 12 años, al morir su hermano Natalio en la guerra civil, tuvo que ayudar a su padre en todas las tareas de la agricultura, duras de verdad, especialmente en tiempo de verano. Esa entrega al trabajo la mantuvo después como avicultor y como empleado de la Embotelladora de Pepsi-Cola, donde hacía horas extraordinarias, primero para sacar adelante a su numerosa familia y después para ayudar a los pobres.

 

Tanto esfuerzo le llevó a sufrir frecuentes taquicardias, que trató de encubrir a su esposa y a sus hijos hasta que fue imposible. Consciente de que la taquicardia podía darle en cualquier instante y lugar, llevaba consigo una nota en que solicitaba como creyente la asistencia de un sacerdote.

 

El 9 de marzo de 1988, el Doctor neurólogo D. Antonio Guerrero, dio este diagnóstico: “Paciente de 62 años con antecedentes de cardiopatía isquémica. Desde hace varios años presenta con carácter progresivo pérdida de memoria para hechos recientes, con cambios incipientes en la ejecución de actividades diarias, personalidad y conducta. Posible enfermedad de alzheimer. Y así fue.

 

Para consuelo suyo y de sus familiares, según testifica su hija Begoña, nunca perdió la presencia de Dios. Seguía orando incluso cuando ya no podía leer. Yo le preguntaba a veces: “Papá, ¿Qué haces? “Rezando”. Otras veces le decía: ¿En qué piensas? “En Dios”. La enfermedad le ayudó a pensar siempre en Dios.

 

Monasterio de Carmelitas Descalzas en Daimiel

Estimado Padre José Francisco: Que el Señor le bendiga y llene de Paz.

Muchas gracias por el envío del libro de su hermano Víctor titulado: “Vida impactante de un cristiano de a pie. Víctor Rodríguez Martínez (1925-20129). Lo estamos leyendo y disfrutando con su ejemplar vida.

Ojalá que este “cristiano de a pie” anime a otros laicos a seguir a Jesús con esa valentía, y a nosotras, carmelitas descalzas, discípulas como él de Santa Teresa de Jesús y de San Juan de la Cruz, nos ayude a vivir muy unidas a Cristo.

Conscientes de los gastos que tienen que ocasionar los impresos y los envíos de todo lo referente al Proceso de Canonización de Víctor Rodríguez, le damos muchas gracias y queremos contribuir a esa propaganda con un pequeño donativo.

Unidas en el Señor y en la oración.

Carmelitas Descalzas de Daimiel.

Habla Víctor. Carta 3ª a una religiosa agustina (IV).

 

 

Comunidad de religiosas Agustinas Recoletas en Vitigudino (Salamanca)

“Seguimos con el demonio: este aprovecha todas las situaciones para atacar. Como en el alma no puede entrar, por eso se vale de atacar en las experiencias sensitivas, donde él ve lo que está pasando entre el alma y Dios”.

Como no todos los que siguen este blog de Víctor tendrán a mano las obras de San Juan de la Cruz, damos a conocer algunos textos de sus obras que explican por qué la lujuria puede aparecer aún en los momentos de mayor intimidad con Dios.

“La segunda causa, de donde proceden algunas veces estas rebeliones, es el demonio, que por desquietar y turbar el alma al tiempo que está en oración, procura levantar en el natural estos movimientos torpes, con que, si el alma se le da algo en ello, le hace harto daño; porque no sólo por el temor de esto aflojan en la oración, que es lo que él pretende, por ponerse a luchar contra ellos, mas aun algunas la dejan del todo, pareciéndoles que en aquel ejercicio les acaecen más aquellas cosas que fuera de él, como es la verdad, porque se les pone el demonio más en aquella que en otra cosa, porque dejen el ejercicio espiritual. Y no sólo eso, sino que llega a representarles muy al vivo cosas muy feas y torpes, y a veces muy conjuntamente, acerca de cualesquier cosas espirituales y personas que aprovechan sus almas, para aterrarlas y acobardarlas; de manera que de los que de ello hacen caso, aun no se atreven a mirar nada ni poner la consideración en nada, porque luego tropiezan en aquello. (Noche 1, 4, 3).