Habla Víctor. Fiesta de San Juan de la Cruz.

San Juan de la Cruz
gran maestro de espiritualidad.

Víctor leyó y releyó las obras de San Juan de la Cruz hasta aprenderse casi de memoria las partes más importantes de su doctrina. Gracias a sus enseñanzas, pudo superar las noches oscuras por las que pasó cuando creía que Dios le había abandonado, cuando en realidad le estaba purificando de las más mínimas imperfecciones. Por eso, aunque a veces no le cite explícitamente, está expresando algún pensamiento del Santo.

Veamos un caso concreto. Dice San Juan de la Cruz en la Oración del alma enamorada: “Míos son los cielos y mía la tierra. Mías son las gentes, los justos son míos y míos los pecadores. Los ángeles son míos y la Madre de Dios y todas las cosas son mías. Y el mismo Dios es mío y para mí, porque Cristo es mío y todo para mí”. 

Las palabras de Víctor son prácticamente idénticas, pero no las está copiando al pie de la letra, sino que en sus escritos autobiográficos las cita de memoria, por eso encontramos pequeños variantes, pues dice: La Santísima Trinidad mía es y todas las criaturas también. Los cielos míos son. Los ángeles y los santos también. La Santísima Virgen, Madre de Dios, mía es. Las gentes buenas o malas, mías son. Tierra, aire, agua y sol míos son, porque Dios es mío y para mí”.