Adoración de los Magos, obra de Giotto.
La Iglesia celebra el día 6 de enero la solemnidad de la Epifanía del Señor. La palabra Epifanía, significa manifestación de algo especialmente importante. En este caso, lo que celebramos es que Jesús, que ha asumido nuestra naturaleza, se da a conocer como Dios y Salvador.
Jesús se da a conocer en diferentes momentos a lo largo de
su vida, pero la liturgia de este día de la Epifanía, se centra en tres
acontecimientos concretos: 1º) Manifestación al mundo pagano en la adoración de
los Magos. 2º) Manifestación al pueblo judío en el bautismo de Jesús en el
Jordán, cuando el Espíritu Santo se posó sobre Jesús y proclamó: “Tú eres
mi Hijo a quien quiero, mi predilecto” (Mc 1, 11). 3º) Manifestación a
sus discípulos al comienzo de su vida pública en el milagro de las bodas en
Caná de Galilea.
La que más se celebra en occidente, es la de su
manifestación a Los Magos, por tratarse de una manifestación a los paganos, y
por el simbolismo de sus tres regalos, pues le ofrecieron: Oro, como
rey. Incienso, como Dios. Y mirra, para
su sepultura.
Jesucristo se ha hecho hombre para salvar a todos, judíos y
gentiles. Pero se da la paradoja de que, los judíos, que conocían las profecías
sobre el nacimiento del Mesías, cuando acaece su nacimiento, no le reconocen,
mientras que los gentiles, que no sabían nada de las profecías, entran de lleno
en la fe y regresaron a sus países anunciando la Buena Noticia.
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