sábado, 26 de julio de 2025

Florecillas. Travesura de José Francisco.

 

Monaguillo abriendo la procesión con la cruz procesional.


El P. José Francisco, el iniciador del proceso de canonización de su hermano Víctor, fue en su infancia un niño pillo y travieso en exceso, pero simpático. Cuando regresó al pueblo a cantar su primera misa, todos le recordaban con gozo sus múltiples travesuras.

Una de las más sonadas, es la siguiente.  


Cuando tenía unos ocho años, le mandó su padre a Saldaña, que dista unos dos kilómetros, a que comprara una reja que necesitaba para el arado. Efectivamente se fue a Saldaña y compró la reja, pero ir a Saldaña suponía pasar por la casa y cantina del tío Benigno. Así es que allí entró nada más comprar la reja, pero se encontró con unos jóvenes del pueblo que estaban tomando unos tragos que le invitaron a que les acompañara. No se hizo de rogar. Se sentó y charló con ellos mientras le hacían preguntas y le animaban a beber para emborracharle.


Cuando ya se había pasado de tragos inició el regreso a Quintanadiez haciendo eses por el camino, y al llegar al pueblo oyó tocar las campanas para un entierro, así es que dejó la reja en casa y se fue a la iglesia para hacer de monaguillo. Revestido de monaguillo le dieron la cruz procesional para que acompañara al párroco al cementerio. Al llegar a la sepultura, se tambaleaba junto con la cruz dando muestras de estar embriagado y corría riesgo de caer con la cruz en la sepultura.


Al verle así, Víctor, posiblemente por orden de su padre, que estaba pasando mucha vergüenza, se  acercó por detrás y se abrazó a él y a la cruz, para impedir la tragedia y el bochorno familiar. Su padre, consciente de que los culpables eran quienes le emborracharon, se limitó a decirle: Vete a casa a dormir la mona (borrachera).




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