La Sagrada Cena por Juan de Juanes. |
En el Ceremonial de los obispos, número 297, se resume con estas palabras el significado del
Jueves Santo: “Con la misa que tiene lugar en las horas vespertinas del
jueves de la Semana Santa, la Iglesia comienza el Triduo Pascual y evoca
aquella Cena en la cual el Señor Jesús,
en la noche en que iba a ser entregado, habiendo amado hasta el extremo
a los suyos que estaban en el mundo, ofreció a Dios Padre su Cuerpo y su Sangre
bajo las especies del pan y del vino y los entregó a los apóstoles para que los
sumiesen, mandándoles que ellos y sus sucesores en el sacerdocio también lo
ofreciesen”.
La atención de los creyentes debe centrarse en meditar y
vivir los misterios de la institución de la Eucaristía, la institución del
Orden sacerdotal y el mandamiento del Señor sobre la caridad fraterna. Al
concluir la misa, se hace un traslado solemne del Santísimo hasta el Monumento,
donde es venerado por todos los fieles. Al existir una norma que dice: “Pasada
la medianoche, la adoración debe hacerse sin solemnidad, dado que ha comenzado
ya el día de la Pasión del Señor”, muchas iglesias cierran a las doce de la
noche para abrir a primeras horas y proseguir la adoración al santísimo, pero
otras permanecen abiertas toda la noche.
Ya sabemos que Víctor, es de los que se pasaban la noche
entera adorando al Santísimo y con tal recogimiento y amor, que su hija menor,
al verle tan ensimismado y feliz, no pudo contener su curiosidad, y le
preguntó: Papá. ¿Jesús te habla?
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