![]() |
Una edición de la Imitación de Cristo. |
En el Kempis o Imitación de Cristo, se establecen coloquios
entre Él y el alma. Esta forma de oración es muy fructífera por su contenido,
además porque en ella se manifiesta su interioridad y deseos, que pueden ser de
agradecimiento por algún beneficio recibido o por todos, incluidos los que nos
pasan desapercibidos, por los deseos que se tiene de amarle y seguirle, por
ello suplica ayuda, le renueva los pasos de su vida, desde su nacimiento hasta
su resurrección, rogando aprovecharse de todo ello, ofreciéndose a recibir
cuanto sea su deseo. Sobre todo pedir gracias para poderle recibir
sacramentalmente todos los días y sacar provecho de su presencia física y
divina dentro de sí. No dejar de leer el Kempis, sobre todo los últimos
capítulos en que se refieren a la Eucaristía.
El Kempis o Imitación de Cristo, es un libro de devoción y
ascética escrito en forma de breves consejos con el fin de instruir al alma en
la perfección cristiana, proponiéndole como modelo al mismo Jesucristo. Surgió
como fruto de la corriente de espiritualidad conocida como Devotio moderna.
Desde su primera edición en 1418 ha tenido numerosas ediciones y es de los
libros que más influencia han tenido en la espiritualidad cristiana por su carácter cristocéntrico. Cristo
es el modelo de todas las virtudes, pero un modelo práctico, nada especulativo,
por lo que se centra en la vida histórica de Jesús mediante la meditación de
los misterios de la Humanidad de Cristo, como medio para llegar a la
contemplación. Víctor leyó y meditó con frecuencia este libro y le recomendó a
sus amistades.
![]() |
Jesús dialogando y enseñando a sus discípulos. |
Es un libro que no necesita leerse seguido, sino que se puede
abrir por cualquier página, pues se trata de sentencias que tienen sentido en
sí mismas. Vean un par de ejemplos: “Señor, ten misericordia y piedad de los
que te la demandan. Da tu gracia a los necesitados, y haz que seamos tales, que
seamos dignos de gozar de tu gracia y que aprovechemos para la vida eterna”.
“Te ofrezco estas oraciones y sacrificios agradables,
especialmente por los que en algo me hayan dañado, enojado o vituperado, y por
todos los que yo alguna vez enojé, turbé, agravié y escandalicé por obra o de
palabra, por ignorancia o a sabiendas”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario