Jesucristo Rey del universo. |
Pilato mandó traer a Jesús y le preguntó: “¿Eres tú Rey de los Judíos?”. Contestó Jesús: “¿Me haces esa pregunta por tu cuenta o te la han sugerido otros?”. Pilato replicó: ¿Acaso soy yo judío? Son los de tu propia nación y los jefes de los sacerdotes los que te han entregado a mí. ¿Qué es lo que has hecho? Jesús respondió: “Mi reino no es de este mundo. Si lo fuera, mis servidores habrían luchado para librarme de los judíos. Pero no, mi reino no es de este mundo”. Pilato insistió: Entonces, ¿eres Rey? Jesús le respondió: “Soy rey, como tú dices. Y mi misión consiste en dar testimonio de la verdad. Precisamente para eso nací y para eso vine al mundo. Todo el que ama la verdad escucha mi voz”. (Jo.18. 33-37).
En el Padrenuestro tenemos una petición que dice: “Venga a nosotros tu reino”. Lo que pedimos con estas palabras, según San Agustín, es que crezca nuestro deseo de que este reino llegue a nosotros y de que nosotros podamos reinar en él, pues el reino de Dios vendrá ciertamente, lo queramos o no.
Este Reino de Dios, del que Pilatos no quiso saber nada, es, según palabras del prefacio de esta solemnidad: “Un reino eterno y universal; el reino de la verdad y la vida, el reino de la santidad y la gracia, el reino de la justicia, el amor y la paz”. Por eso Víctor repetía con frecuencia y hacía propia esta petición: ¡Venga a nosotros tu Reino, Señor! ¡Venga a nosotros tu reino, Señor!
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