Rebeca el día de su primera comunión con Sara delante de ella. |
Como voy a Móstoles, pues espero que Rebeca y Sara me reciban
bien. Cuando fui a las pruebas, nada más que me vieron se pegaron a mí para
enseñarme todas sus cosas, también del colegio. Me sentí muy halagado de mis
nietas, así que si así me siento de las pequeñas, cuánto no será de la nieta
que está en el camino del Carmelo.
Que la oración y el sacrificio te hagan crecer día a día en
lo profundo de la vida interior. Que la Santísima del Carmelo nos haga a todos
juntos participar en el seguimiento al futuro infinito.
En esta parte de la carta se dirige especialmente a su nieta
Raquel, para resaltar el cariño que le mostraron sus hermanas más pequeñas,
Rebeca y Sara, muy diferentes una de otra, pero las dos encantadas con la
presencia del abuelo cercano y cariñoso.
Como Víctor, desde que nacieron las tomaba en sus brazos, jugaba con ellas y alababa los pequeños
dibujos que hacían, no es extraño lo que nos dice: “nada más verme se
pegaron a mí para enseñarme todas sus cosas”. ¡Cómo no sentirse halagado y
feliz con sus nietas!
Y añade: “Si así me siento de las pequeñas, cuánto no será de
la nieta que está en el camino del Carmelo”. Ocasión que aprovecha para
animarla a seguir por el camino emprendido de la oración y del sacrificio.
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