Jóvenes tomando bocadillos. |
Cuenta el P. José Vicente que en una entrevista que mantuvo con
Asunción, la esposa de Víctor, que un día el jefe de la empresa de Pepsi-Cola
le dijo: “Víctor, ¿usted, no toma
el bocadillo?”. Y él respondió: “No, yo voy a rezar el rosario”.
El tiempo que daban a los empleados para
descansar y poder tomarse un bocadillo para recuperar fuerzas, era muy breve, y
solían formarse corrillos para hacer sus comentarios sobre las noticias más
llamativas y no faltaban los graciosos de turno que les entretenía con
comentarios de cosas poco edificantes. Algunos testigos mencionan en especial a
un obrero venido de La Alberca (Salamanca) que destacaba por sus chascarrillos picantes.
Ese ambiente no le resultaba muy grato a
Víctor, que prefería hablar con algunos compañeros más creyentes para animarles
a permanecer fieles a su fe y para invitarles a participar en Cursillos de
Cristiandad. Así consiguió que algunos trabajadores, venidos de pueblos
pequeños, que estaban pasando por una crisis de fe al encontrarse con ambiente
materialista, recuperasen su fe y se integraran de nuevo en la Iglesia.
Otros días elegía la soledad para estar
con el Señor y rezar el santo Rosario a María para conseguir el cambio de todos
sus compañeros. Así aprovechaba Víctor el tiempo de descanso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario