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Cautelas de San Juan de la Cruz. |
Sobre la soberbia: Sabes que está en lo interior del alma, sembrada por el pecado original, esta se la vencerá, pero no se la arrancará de raíz; esta es el origen de todos nuestros males. En la carta del año pasado me parece te indiqué la mejor forma de luchar contra ella. Por si no la tienes, procura ser despreciada en todo, y si eres calumniada, mejor todavía, así lo fue el Verbo en su pasión. En la obediencia dentro de la comunidad tienes un campo amplísimo para ejercitarte, amando mucho a las hermanas que te tratan peor, sobre todo si te humillan.
San Juan de la Cruz habla con frecuencia de los peligros de la soberbia, pero es en la tercera “Cautela” contra el demonio, donde encontramos la explicación de lo que aquí aconseja Víctor a la religiosa agustina:
“La tercera cautela derechamente contra el demonio es que de corazón procures siempre humillarte en la palabra y en la obra, holgándote del bien de los otros como del de ti mismo y queriendo que los antepongan a ti en todas las cosas, y esto con verdadero corazón. Y de esta manera vencerás el bien en el mal, y echarás lejos el demonio y traerás alegría de corazón. Y esto procura ejercitar más en los que menos te caen en gracia; y sábete que si así no lo ejercitas, no llegarás a la verdadera caridad ni aprovecharás en ella. Y seas más amigo de ser enseñado de todos que querer enseñar aun al que es menos que todos”.
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