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Orando con el Rosario en la mano. |
Asunción, la mujer de Víctor confiesa: “Aprendí de él muchas cosas buenas. La primera de ellas, rezar el rosario, que yo no sabía rezar, pues en casa de mis padres no se rezaba el rosario. Y el rosario concluía siempre con el rezo de la Oración a San José. Compuesta por el Papa León XIII. Se trata de la oración que comienza: “A vos, Bienaventurado San José. Etc”. ASUNCIÓN MERINO
No es extraño que Víctor introdujera en su hogar, desde el primer momento, el rezo del santo rosario en familia, pues es lo que había aprendido y hecho él en su hogar paterno desde que nació.
Asunción, reconoce que en casa de sus padres no había esa costumbre, pero no opuso resistencia al rezo del rosario, al contrario, incluso antes de que nacieran sus hijos, ya rezaban el rosario inmediatamente después de la cena, como se hacía en la mayoría de los hogares cristianos del pueblo.
La única diferencia en el
rezo del rosario con los demás hogares del pueblo, es que todos los días se
añadía al final la oración a San José compuesta por el Papa León XIII, mientras
que en otros hogares sólo se hacía esta oración en el mes de octubre. La
gran devoción a San José y la confianza en su patrocinio, es otro legado de Víctor a su familia.
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