Raquel con sus abuelos Víctor y Asunción el día de su ingreso como carmelita en Sabarís |
Por aquí hemos tenido grandes nevadas, ahora muchos hielos y fríos. Así que, para ir a misa, me tengo que cargar de ropa; pero más le temo a la lluvia, ésta, por más que te protejas, siempre te mojas. Verdaderamente que hay días que me dan miedo ir a Quintanilla, pero poco a poco lo voy superando.
Si no tenemos más epistolarios, que paséis felices Navidades
pidiendo al Niño Dios por la conversión de toda la humanidad, y que cesen las
guerras y venga la paz. Aunque lo veo difícil porque la sociedad se manifiesta
en odio y venganza, por eso nuestras oraciones serán escuchadas.
Un abrazo a mi primera nieta.
Víctor Rodríguez.
Así concluye la carta coloquial a su nieta Raquel. Después de
haberla dado sabios consejos para su comportamiento en la vida comunitaria,
concluye poniéndola al día de su situación en Velillas del Duque en pleno
invierno en que las heladas y las nevadas son muy frecuentes, y lo que tenía
que soportar para poder ir a misa todos los días a Quintanilla de Onsoña, el
pueblo más cercano en que se celebraba la Eucaristía.
Y como despedida una petición: Que en Navidad no se olvide de
pedir al Niño Dios por la conversión del mundo entero y para que cesen las
violencia y se imponga la Paz entre los hombres de buena voluntad.
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