Jesús visitando y curando a la suegra de San Pedro. |
Pertenecía a la Congregación de San Felipe Neri, teniendo
como apostolado visitar personas enfermas, apostolado que realizaba en el
Hospital Francisco Franco, el actual Gregorio Marañón. Como miembro de la
Congregación seglar, llevaba una bata blanca o guardapolvos gris y un crucifijo
colgado al cuello cuando visitaba a los enfermos en el hospital. Era el
distintivo de los miembros de San Felipe Neri (Begoña).
Su entrañable amor a los pobres le llevó a entregarse a los
enfermos, los más pobres entre los pobres, al no valerse por sí mismos y
depender para todo de la ayuda ajena. Incluso los ricos pasan a ser pobres en
esas circunstancias, pues aunque cuenten con más personas que les puedan ayudar,
se sienten totalmente indefensos. Por muy rico que sea, en la enfermedad grave,
es tan pobre como los demás.
Sacerdote administrando los últimos sacramentos a un enfermo.
Víctor tenía el don de conectar con los enfermos y de
infundirles esperanza, porque siempre se acercaba a ellos con verdadero amor y
en nombre del Señor. Por eso le escuchaban, pues con sus palabras y sus gestos,
les infundía confianza y les ayudaba a llevar con fortaleza sus dolores y
limitaciones.
Siempre les hablaba de
que Jesús les tenía un cariño tan especial, que esas molestias y sufrimientos
los iba a transformar en alegría y felicidad. Les animaba a recibir los sacramentos
y se ofrecía a buscar un sacerdote para que se los administrase. ¡Cuántos
enfermos partieron a la Casa del Padre llenos de esperanza gracias a la caridad
de Víctor!
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